Vivir en contradicción con la razón propia, es el estado moral más intolerable.
Por: José Luis Huape Rodríguez
Ayer la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) dio muestra de congruencia e integridad al condicionar su participación en el “Acuerdo para el fortalecimiento económico y la protección de la economía familiar”.
COPARMEX ha predicado a los cuatro vientos que el grupo empresarial agremiado a sus filas le apuesta a la congruencia entre lo que se dice y lo que se hace.
Gustavo de Hoyos Walther, presidente del sindicato patronal, dijo que es necesario un acuerdo nacional de colaboración para fortalecer principalmente la economía doméstica de los mexicanos, siempre que exista consenso en el “qué”, “cómo”, “cuándo”, “dónde”, “por qué” y “para qué” de los acuerdos que se adopten en el instrumento.
La postura asumida por COPARMEX se puede analizar desde distintos miradores. Aquí nos interesa hacerlo desde el punto de vista de la transparencia. Al margen de que el acuerdo no contiene ningún compromiso diverso a la obligación natural y permanente que tienen todos los firmantes de colaborar para fortalecer la economía nacional, los antecedentes del mismo están cubiertos por la neblina de la opacidad.
El documento señala que las organizaciones empresariales, sindicales y los productores del campo son anuentes con las declaraciones y acuerdos ahí establecidos. Sin embargo, no es así. Hay que distinguir entre los acuerdos adoptados entre gobierno y la representación sectorial, de los acuerdos que emanen del sentir real de integrantes de esas organizaciones, pues entre uno y otro existe un abismo de diferencia.
Los acuerdos cupulares representan verdades formales, mientras los acuerdos que derivan de la voluntad de los miembros de cada organización social representan la verdad real.
Durante muchos años en México aceptamos las verdades formales, pero la experiencia nos enseñó que los intereses cupulares de quienes representan a organizaciones sociales y económicas no se identifican mucha de las veces con los intereses del grueso de los mexicanos.
Hemos aprendido que las verdades formales conducen a resultados artificiales que no se traducen en beneficio palpable y directo al ciudadano. Prácticamente COPARMEX renunció a las verdades formales y propone que el acuerdo que indiscutiblemente es necesario resulte de una amplia auscultación de los miembros de todos los sectores y no sólo de las cúpulas gremiales.
La sociedad civil además demanda que se transparente el proceso de formación de los acuerdos para el fortalecimiento económico y de la economía familiar, también se deben dar a conocer los pormenores del “qué”, “cómo”, “cuándo”, “dónde”, “por qué” y “para qué” de los acuerdos que se adopten con tal fin. Bien por COPARMEX. Dio muestra de congruencia e integridad.
P.D. El proyecto incluyente de Mexicali ¿se apega al plan de desarrollo urbano de Mexicali actualmente en vigor?