preponderantemente económico, ni de lucro. Sin embargo, requieren obviamente de aportaciones económicas para el cumplimiento de sus objetivos. Esa contestación sirve de poco para comprender la riqueza de ese tipo de organizaciones.
La pregunta de fondo es ¿para qué formar un observatorio ciudadano de la información pública?, a). Para unir fortalezas y talentos; b). Para recabar, organizar, analizar información pública y proponer acciones concretas que influyan en las acciones de gobierno; c). inhibir la corrupción en la gestión del Estado.
Hay un dicho popular muy conocido, la unión hace la fuerza, sí pero en esta clase de organizaciones no importa el número de personas, por el número mismo, sino por la aportación que cada uno de ellos hace al cumplimiento de los objetivos que persiguen. Es importante que todos tengan claro el o los objetivos del observatorio, también es importante que no todos opinen igual, porque donde todos opinan igual, nadie piensa y no hay progreso, más bien hay estancamiento.
Necesariamente el observatorio debe contar con asociados que aporten conocimientos técnicos en los trabajos de la organización, para que se legitime socialmente, pues un observatorio que contrate con expertos externos todos los servicios necesarios para cumplir sus cometidos, estará vacío de contenido, aunque es válido hacerlo en temas específicos, especializados y excepcionales. El trabajo robusto de lo que hace un observatorio debe provenir de sus miembros.
Un observatorio ciudadano, debe cuidar no inmiscuirse en la lucha política partidaria, no convertirse en un apéndice gubernamental motivado por el financiamiento público, ni obsesionarse por enfocar su trabajo en la crítica a persona determinada, o como se dice coloquialmente, no se vale “traer a alguien de encargo”; los trabajos deben ser dirigidos a cambiar para mejorar la institucionalidad, pues la actividad de un observatorio debe trascender a lo coyuntural.
Es importante también que la dirección del observatorio se deposite en un integrante con liderazgo y capacidad de organización, que esté dispuesto a enfrentar el escrutinio público y los embates de quienes no interpretan adecuadamente la labor del observatorio.
La tarea del observatorio parte de la premisa de que, todas las personas tienen derecho a obtener documentación e información registrada en archivos públicos o procesada por el gobierno, y exigir que la toma de decisiones de tribunales, congresos legislativos u órganos ejecutivos sea abierta al público, salvo que la difusión de información pueda perjudicar al orden público.
La necesidad de transparentar la información y hacerla accesible al público tiene un fin valioso, disminuir la corrupción en el ámbito público y privado; es entendible que la corrupción se anide en los rincones de opacidad de las instancias burocráticas; por ello, corresponde a los observatorios ciudadanos poner los reflectores con luz potente en esos escondrijos del quehacer gubernamental.
OBSERBC con más de diez años de trabajo, tiene algunas historias que contar y experiencias que compartir.
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